Los gestos que delatan las mentiras
Primero hay que dejar claro que un gesto puede ser un indicio o una señal de que una persona está mintiendo, pero no es una prueba concluyente. No todo el que hace un determinado gesto relacionado con la mentira está mintiendo. Sería muy injusto este "juicio".
Una mentira puede ser detectada por un gesto involuntario que comete una persona que miente. Nuestro cuerpo y nuestros gestos "hablan" por nosotros. Dicen mucho más que nuestras palabras. Pero hay que analizar los gestos según la situación y el contexto en el que se hacen.
No se puede afirmar categóricamente que una persona miente por el mero hecho de rascarse la nariz o bajar la mirada, pero pueden ser indicios de una mentira o son acciones que pueden llevar a pensar que una persona quiere ocultar algo.
Gestos que pueden revelar que estamos mintiendo
Nuestro cuerpo "habla", por eso vamos a ver qué partes de nuestro cuerpo "hablan y qué dicen".
1. Gestos con la cara. Bajar la mirada puede ser una señal de que mentimos por la inseguridad que nos produce mentir. Mirada pérdida buscando algo que decir, cuando la respuesta debería ser rápida, directa y sencilla. Tocarse con las manos en zonas cercanas a la boca o a la nariz.
2. Gestos con las manos. Frotarse las manos. Entrelazar los dedos y apretar las manos con fuerza. Juguetear con anillos y otros objetos que tenemos en la mano. Pero cuidado, porque muchos de estos gestos nos transmiten también señales de nerviosismo o inseguridad. Por eso hay que analizar estos gestos según cada persona y cada situación.
3. Gestos con las piernas. Parece ser que es una de las partes más fiables para detectar una mentira, por ser una de las partes del cuerpo que menos controlamos. Cuando hablando con una persona el pie se coloca en posición perpendicular respecto al otro, en vez de en paralelo, puede significar incomodidad, ganas de irse porque están "acorralando" la mentira. Cruzar las piernas por los tobillos. También, pueden ser indicios si estamos sentados, meter las piernas debajo de la silla; o si tenemos las piernas cruzadas, balancear la pierna que cuelga.
Ante una pregunta incómoda o una situación comprometida, los gestos nos pueden, en cierta media, delatar. Una cosa es lo que se dice de palabra y otra lo que se dice con los gestos.
En algunos casos, salvo personas que controlan muy bien sus gestos, un gesto es mucho más sincero que una palabra.
En mi blog, encontraras temas para tú propio crecimiento interior.
Si has llegado hasta aquí no es por casualidad.
Tu decides si deseas quedarte....
Gracias por Ser y por estar.
Reciban ahora mis bendiciones en AMOR Y SABIDURÍA DIVINA.
Milton Ballesteros
Maestro de Reiki
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