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martes, 6 de agosto de 2019

FISIONOMÍA PARA LEER EL ROSTRO




Saber cómo es una persona simplemente con verla a la cara resulta tan atractivo como divertido. Quien tiene la capacidad de hacerlo puede darle diferentes aplicaciones.

¿Quieres saber qué dice tu rostro?

El reto por estudiar el rostro humano y a partir de ello definir su personalidad data desde la antigua China, pero empezó a cobrar más forma hasta el siglo XIX, en que el policía francés Alfonso Bertillon identificó y clasificó a los delincuentes por medio de su descripción física. En México sería hasta la década de los 60 del siglo XX cuando alguien se interesó en seguir la disciplina y hacer lo propio en la sociedad local.

El responsable fue Sergio Carbajal Jaubert, director del Instituto Nacional de Investigaciones Humanas, A.C. y del Museo del Retrato Hablado, ambos en la Ciudad de México, y quien creó la técnica del retrato hablado, en la que bosquejaba rostros de personas a través de las descripciones que hacían los testigos presenciales, logrando asombrosamente definir rasgos físicos, expresión del rostro, forma corporal y las mínimas señas particulares.

Su aporte no quedó sólo ahí, sino que además buscó semejanzas físicas entre los mismos delincuentes o con animales para lograr patrones de conducta mediante los cuales se puede definir su comportamiento. Actualmente su técnica es mundialmente conocida y utilizada por las principales organizaciones policiacas del mundo, pues es importante herramienta de Criminalística.

"La fisonomía hoy día tiene múltiples aplicaciones en un sinfín de disciplinas, no solamente en Criminalística; cada vez más gente se interesa por conocer al respecto y se le están dando diversos usos, como ser una herramienta para selección de personal en una empresa, en la orientación vocacional e incluso para elegir a la pareja con la que se compartirán los años de vida", acota el profesor Carbajal Jaubert.

Lo que se dice sin hablar

Es claro que al observar a una persona podemos advertir gustos o problemas de salud; por ejemplo, no se necesita tener amplia gama de conocimientos para ver a una persona con obesidad y sugerir que siente gran placer al comer, que ese es uno de sus temas favoritos en cualquier plática y que es propenso a padecer problemas de corazón, circulación, diabetes y algunos otros.

No obstante, el rostro envía cierto tipo de información que complementará el perfil de la personalidad de cualquier persona.
Pensemos en primer lugar en lo que podemos recoger del tipo de cara:

Cara cuadrada.
Denota a quien toma de esa manera la vida, bajo lineamientos marcados. Es una persona con buen tino para los negocios; es práctico y realista.

Cara redonda.
Es de carácter más moldeable, voluble, y armoniza fácilmente con los demás, ya que es de buen trato.

Cara triangular.
Individuo nervioso, observador y astuto.

Cara romboidal.
Voluble, cambia fácilmente de estado de ánimo.

Cara trapezoidal (de frente angosta y mandíbula ancha).
Son instintivos, impulsivos y pueden llegar a ser violentos.

Lo anterior es el primer rasgo para entender por qué cuando dos personas se parecen físicamente coinciden también en gustos, aficiones y comportamiento. Pero, ¿qué sucede entonces entre hermanos, e incluso entre gemelos? "Siempre habrá rasgos hereditarios que hacen distintos unos a otros, aun siendo gemelos, de ahí que pueda haber diferencias en carácter, temperamento, grado de inteligencia, preferencias o problemas de salud entre consanguíneos", responde el fisonomista mexicano.

Todo ser humano, añade, "está influenciado por dos vertientes: el factor genético, que se refiere a lo que heredamos de nuestros padres, como el tipo de cabello, estatura, color de piel y ciertos rasgos físicos. La otra influencia es el medio en que nos desarrollamos, ya que ahí se encuentra la acción moldeadora de la vida, en el que se incluyen alimentación, clima, actividades, amistades y los hábitos con los que nos desenvolvemos a diario".

Somos animalescos

Carbajal Jaubert refiere que todas las personas delinean un perfil semejante a uno o varios animales. "Entre éstos y el hombre hay grados de temperamento e inteligencia similares; en otras palabras, a través del parecido zoológico se pueden saber hábitos, gustos alimenticios, enfermedades, formas de reaccionar y los lugares donde se siente mejor una persona, tal como sucede con los animales", indica.

A continuación, algunos ejemplos que ilustran lo anterior:

Hombre-mujer-roedor.
Tiene ojos, orejas y dientes grandes, voz chillona, bigotes, gustan del queso y de coleccionar cosas pequeñas. Visten de gris y generalmente estudian Contabilidad (ratones y ardillas) o Arquitectura e Ingeniería (tuzas y castores).

Hombre-mujer-felino.
Ojos ligeramente rasgados, son cuidadosos, pensantes y suelen estudiar Medicina.

Hombre-mujer-ave.
Rasgos pequeños, rostro redondo, lengua gordita y pegada al paladar; gustan de ver el cielo y escoger colores vivos al vestir, particularmente estampados a rayas o círculos. Aproximadamente a las cinco de la tarde apetecen frutas o semillas, como lo hacen loros y otras canoras. Son muy inteligentes y gustan de las artes.

Hombre-mujer-perro.
Mirada penetrante, subyugante, son violentos y hábiles, saben defenderse; estudian generalmente Derecho.

"Quienes se dedican al canto tienen aspectos similares, como sucede con Plácido Domingo, Marco Antonio Muñiz, José José y Juan Gabriel, que tienen nariz idéntica y cuello grueso, rasgos que corresponden a los de un mono aullador habitante de Sumatra, cuyo grito se escucha a kilómetros de distancia", comenta el especialista.

Conocer las cualidades para las que se nace puede ahorrarnos gran número de sinsabores, lo que puede conseguirse a partir de estudiar el rostro, análisis que tiene una duración de entre 1 y 3 minutos, siempre que se haga con un experto, quien además brindará los resultados más certeros. Por ello, el maestro Jaubert advierte que hay que tener cuidado de no ser víctimas de charlatanes, quienes a últimas fechas han aumentado.

Déjame verte bien

La fisonomía es la disciplina que permite ver en la cara de las personas cómo son, qué comportamiento tienen, qué podemos esperar de ellas, además de conocer sus capacidades; no obstante, el mayor provecho lo podemos obtener del estudio hecho a nuestro propio rostro, a partir del cual podemos advertir cuáles pueden ser los errores en que podemos incurrir y de esa manera enmendar el camino.

Los rasgos de la cara aportan información si se observan con detenimiento las siguientes partes:

Frente.
Cuando es inclinada es la de un animal depredador, como león, tigre o hiena. Aunque ésta es muy característica de un criminal no debe estigmatizarse, es decir, no todos quienes cumplen con este rasgo son obligadamente delincuentes, pero sí tienen carácter agresivo, que bien puede ser positivo si se sabe encauzar. Si la frente es pequeña, es característica de un individuo cuyo pensamiento y comportamiento es instintivo, muy primitivo. Si justo a la mitad hay una línea vertical hablará de una persona violenta, en tanto que si son varios los surcos se trata de alguien conflictivo. Por otra parte, si hay una o varias líneas horizontales denota personalidad reflexiva, muy inteligente, generalmente acompañada de una mirada profunda, que también es característica de alguien pensante. No obstante, si la línea horizontal aparece muy arriba en la frente, denuncia a quien le cuesta trabajo pensar. Si la zona en que crecen las cejas es protuberante, hablará de conducta violenta y agresiva, como la de muchos delincuentes. En cambio, cuando están muy levantadas señalan a alguien vanidoso, muy superficial, razón por la que el especialista recomienda no depilarse esa zona, así como no operarse la nariz, pues se modifica la armonía del rostro.

Nariz.
Esta parte del rostro es el centro y tiene importancia primordial. Así, mientras más abiertas sean las fosas nasales hablará de carácter agresivo, que gusta de la pelea violenta y que enfurece fácilmente; si a ello se añade ceja poblada y mirada diabólica, podríamos estar hablando de un criminal. Sin embargo, la nariz pequeña, corta, de apariencia infantil, denota el perfil de alguien inmaduro, que es arrebatado en sus decisiones y que no mide las consecuencias de sus actos. Es como niño, muy voluble, que creció pero no evolucionó.

Boca.
Cuando los labios son carnosos se trata de alguien generoso, a diferencia de quien los tiene delgados, pegados a los dientes, quien es ahorrativo y previsor. La boca grande habla más que la chica, y si el labio inferior es grueso se trata de alguien lujurioso, libidinoso. Si al sonreír las comisuras apuntan hacia arriba, la persona es muy positiva, pero si éstas se hunden, se ha perdido algún familiar cercano, posiblemente el padre. Si hay pequeña protuberancia bajo el labio inferior denota a quien ha sufrido mucho, tiene mal carácter o ha convivido largo tiempo con personas de este tipo. También revelan mucha violencia y rencor los dientes muy chuecos o torcidos, la encía negra y el mal aliento. Es importante destacar que quienes tiene amplia distancia entre boca y nariz son personas que gustan del protagonismo, son escandalosos y les gusta llamar la atención. Cuando la quijada o mentón son duros, señalan a quien es violento, en tanto que si es corto, pequeño, se trata de alguien dócil, sumiso, obediente.

Lo anterior muestra sólo parte de la información que el rostro aporta para conocer a alguien y por qué la fisonomía tiene tantas aplicaciones en nuestros días. Retomando su uso en Criminalística, "bien podría colaborar en la prevención del delito, al reconocer por los registros que se tienen quién es un candidato a cometer infracciones a la ley.
Las nociones básicas de esta disciplina deberían enseñarse en la escuela básica, de manera que desde niños podamos identificar nuestros propios rasgos y los de los demás", sugiere el propio Carbajal Jaubert.

Finalmente, el fisonomista comenta que conocer el propio rostro o el de otro podrá advertir quien se encuentra en peligro de sufrir un desenlace trágico, por lo que deberá aumentar sus precauciones. "Hemos hecho estudios de las caras de Pedro Infante, los hermanos Kennedy, Luis Donaldo Colosio y otros personajes que murieron violentamente, y en todos hay ligera desviación de un ojo y abundantes espacios blancos anormales en el rostro".

Esto lo aplicamos en terapias de nuestro Centro.

En mi blog, encontraras temas para tú propio crecimiento interior. Si has llegado hasta aquí no es por casualidad. Tu decides si deseas quedarte.... Gracias por Ser y por estar.
Reciban ahora mis bendiciones en AMOR Y SABIDURÍA DIVINA.
Milton Ballesteros
Maestro de Reiki

La comunicación no verbal. Mentir

Hay gestos que pueden delatar, o mejor dicho, darnos algunas pistas para saber si una persona nos está mintiendo
Los gestos que delatan las mentiras

Primero hay que dejar claro que un gesto puede ser un indicio o una señal de que una persona está mintiendo, pero no es una prueba concluyente. No todo el que hace un determinado gesto relacionado con la mentira está mintiendo. Sería muy injusto este "juicio".

Una mentira puede ser detectada por un gesto involuntario que comete una persona que miente. Nuestro cuerpo y nuestros gestos "hablan" por nosotros. Dicen mucho más que nuestras palabras. Pero hay que analizar los gestos según la situación y el contexto en el que se hacen.

No se puede afirmar categóricamente que una persona miente por el mero hecho de rascarse la nariz o bajar la mirada, pero pueden ser indicios de una mentira o son acciones que pueden llevar a pensar que una persona quiere ocultar algo.

Gestos que pueden revelar que estamos mintiendo

Nuestro cuerpo "habla", por eso vamos a ver qué partes de nuestro cuerpo "hablan y qué dicen".

1. Gestos con la cara. Bajar la mirada puede ser una señal de que mentimos por la inseguridad que nos produce mentir. Mirada pérdida buscando algo que decir, cuando la respuesta debería ser rápida, directa y sencilla. Tocarse con las manos en zonas cercanas a la boca o a la nariz.

2. Gestos con las manos. Frotarse las manos. Entrelazar los dedos y apretar las manos con fuerza. Juguetear con anillos y otros objetos que tenemos en la mano. Pero cuidado, porque muchos de estos gestos nos transmiten también señales de nerviosismo o inseguridad. Por eso hay que analizar estos gestos según cada persona y cada situación.

3. Gestos con las piernas. Parece ser que es una de las partes más fiables para detectar una mentira, por ser una de las partes del cuerpo que menos controlamos. Cuando hablando con una persona el pie se coloca en posición perpendicular respecto al otro, en vez de en paralelo, puede significar incomodidad, ganas de irse porque están "acorralando" la mentira. Cruzar las piernas por los tobillos. También, pueden ser indicios si estamos sentados, meter las piernas debajo de la silla; o si tenemos las piernas cruzadas, balancear la pierna que cuelga.

Ante una pregunta incómoda o una situación comprometida, los gestos nos pueden, en cierta media, delatar. Una cosa es lo que se dice de palabra y otra lo que se dice con los gestos.
En algunos casos, salvo personas que controlan muy bien sus gestos, un gesto es mucho más sincero que una palabra.


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