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jueves, 12 de marzo de 2020

LA MUERTE NO ES EL FIN


Quizás la forma en la que vemos la muerte --como un final total-- sea solamente un hábito conceptual aprendido que no refleja la realidad de este fenómeno sino solamente nuestra creencia dualista.

Son numerosas las culturas que han creído entender la muerte solamente como un estadio de transformación, una fase más o menos diferenciada de un único proceso que es la existencia, un ritmo entre la manifestación y un estado de inactividad o latencia.

El budismo es sin duda una de las corrientes de pensamiento que más hondo ha meditado sobre la muerte y ha desarrollado su propio sistema de entendimiento de la muerte como una frontera más en la infinita continuidad de la mente.

Analizaremos aquí algunas de las nociones que el budismo ha desarrollado en torno a la muerte dentro de su metafísica. Tomaremos como base el texto A Cascading Waterfall of Nectar, en el que el maestro tibetano Thinley Norbu Rinpoche expone algunas de las bases del pensamiento budista para un público occidental.

Primero debemos mencionar que el budismo no considera que exista una sustancia aparte de la mente, la cual es "la fuente de toda la existencia física", según explica Thinley Norbu.

El budismo sostiene que todas las cosas que vemos son solamente apariciones ligadas a un estado de habituación de la mente; cada fenómeno está ligado a un estado particular de la mente del cual emerge y no puede existir sin la mente, esto incluye al cuerpo y a la muerte misma, a los cuales podemos considerar como meros hábitos. 

Explica Thinley Norbu Rinpoche:

Debido a que la mente es continua, los fenómenos de la existencia son continuos  y no cesan de manera permanente. La muerte y el nacimiento sólo son nombres. La muerte no es realmente la muerte, como los nihilistas creen, es sólo hábito. La mente se retira y aparece, pero no cesa... Ya que la mente es continua, debe volver a aparecer en algún lugar, si no se ha conseguido el cuerpo de la sabiduría [y no se ha agotado el karma].

Los budistas no creen que la muerte sea nada, sino que la mente sigue ahí, continuando, pese a que los fenómenos condicionados temporalmente se separan.

Cuando los seres dejan de aparecer en este reino, aparecen en otro conforme a sus hábitos. Hasta que todos los fenómenos dualistas son completamente purificados en inmaculada no-dualidad, todo se mueve de un estado de latencia a un estado de aparición [y viceversa] según cambian los fenómenos de la mente.

Para los seres ordinarios, el tiempo que tardan los fenómenos en manifestarse cuando se retiran y el tiempo que duran los fenómenos cuando aparecen depende de las condiciones del karma.

Aquí tenemos una clara enunciación de una de las creencias más importantes del budismo: la continuidad de la mente. Con esto no se quiere decir lo mismo que la continuidad o la inmortalidad del alma o de la persona. El budismo niega la existencia del alma y el ser individual en tanto que su existencia es siempre condicionada a una cadena de acciones (karma) y relaciones (pratityasamutpada) que una vez que son agotadas el individuo desaparece con ellas.

El alma no existe por sí misma sino como una aparición o manifestación de la mente, cuya base es el espacio infinito o vacío; el universo es mente y sabiduría pero no mentes, las existencias individuales son como espuma en la superficie del océano. 

En el Sutra del Rey del Samadhi se dice:

Antes, muchos eones atrás, el mundo ocurrió,

y de nuevo, después de ocurrir, se disolvió, y no hubo mundo.

Como fue, será, yendo y viniendo.

Esto mismo ocurre de manera microcósmica con los seres vivos que emergen y desaparecen: la mente se manifiesta en individuos que cumplen su ciclo y dejan de existir y así infinitamente volverá a manifestarse en otros individuos que dejarán de existir como los mundos que emergen y desaparecen en el gran mar del espacio.

Y todas estas existencias, por más reales y duraderas que nos puedan parecer, no tienen ninguna sustancia. No existimos, lo que existe es la existencia, una sola vida, una sola mente en un juego mágico. Todos los momentos particulares, las condiciones y aspectos específicos de la existencia son solamente adornos.

Como explica Thomas Cleary en su versión del Sutra de la Guirnalda: "todas las manifestaciones, todos los fenómenos, pueden ser llamados 'adornos'.

En el nivel de percepción "correcto" de la realidad, según el budismo, todas las cosas que ocurren en el universo son percibidas con la alegría y el desapego de quien aprecia los adornos de una sala muy bella".

La soltura y ligereza con la que experimentan el mundo algunos practicantes budistas y de otras disciplinas espirituales nace de que no distinguen de manera maniquea entre lo material y lo inmaterial y se mantienen abiertos a disfrutar de los fenómenos sin adherirse a ellos. Mientras que, contrariamente, el materialismo moderno sólo cree en las cosas que aparecen de manera tangible, sólo lo aparente es considerado verdad, y se aferra a estas meras apariciones como si fueran realidades absolutas, así incrustándose en un ciclo de seguro sufrimiento puesto que la naturaleza de las cosas es la impermanencia, por lo cual en el apego se lleva la penitencia. Asimismo, esto es algo bastante superficial e incompleto, puesto que las cosas que aparecen, los fenómenos materiales, no son sus propias causas y existen siempre en relación a otras cosas (por lo cual no tienen esencia);  las causas son inmateriales e intangibles y provienen de la mente.

"Lo que parece existir o no existir es sólo el reflejo de la apariencia particular de los hábitos de la propia mente dentro del tiempo. Si esto se reconoce, toda la realidad se vuelve flexible y uno no se torturará a sí mismo al enredarse dentro de cualquier límite", dice Thinley Norbu.

Al reconocer esto, los budistas pueden "usar la mente para crear los fenómenos positivos de las apariciones espirituales". Así los budistas juegan con el maia de las deidades de sabiduría, a las cuales no consideran independendientemente de la mente, para generar karma positivo y para crear los fenómenos positivos de su purificación espiritual. Esto no es diferente de la magia.

Thinley Norbu, siguiendo lo que enseña el Madhyamika (el camino medio), dice que "los fenómenos no tienen existencia verdadera pero aparecen a todos. Ver todas las apariciones como mágicas, y así abandonar el apego a la existencia como real, entonces, tiene la habilidad de lograr la liberación".

En mi blog, encontraras temas para tú propio crecimiento interior.

Si has llegado hasta aquí no es por casualidad. Tu decides si deseas quedarte.... 

Gracias por Ser y por estar. 

Reciban ahora mis bendiciones en AMOR Y SABIDURÍA DIVINA. Milton Ballesteros Maestro de Reiki

sábado, 8 de junio de 2019

VIDAS PASADAS Y LA CIENCIA

Reencarnación: la ciencia frente a las vidas pasadas 
Por Mario Ostos

En el mundo occidental aún es poco el conocimiento que se tiene sobre este tema, que atrae cada vez a un mayor número de seguidores. Veamos qué opinan los científicos al respecto.

Taranjit Singh es un niño indio que desde los dos años de edad decía que su nombre real era Satnam Singh, hijo de Jeet Singh, y que había nacido en otro pueblo, a unos 60 kilómetros de su casa. 

 El pequeño relató a sus padres que era estudiante de preparatoria cuando falleció en un accidente de tránsito.

Taranjit además precisó otras cosas: llevaba 30 rupias en la cartera y los libros que tenía consigo quedaron manchados con su sangre.

Al oír esta historia tan extraña, su padre, de nombre Ranjit, comprobó que en el pueblo mencionado existía, en efecto, un adolescente llamado Satnam Singh, que había sido atropellado por un motociclista.

Ranjit fue a encontrarse con dicha familia, que le confirmó los detalles mencionados por su pequeño hijo, quien identificó correctamente a Satnam en las fotos de la familia Singh.

Taranjit señaló a quien en otro parto fue su madre, sin que se le dijera nada previamente. La mujer confirmó los datos, agregando que ella misma había guardado los libros manchados de sangre y no había sido capaz de deshacerse de las 30 rupias de la cartera que permanecía intacta.

El experto forense Vikram Raj Chauhan, para confirmar el incidente científicamente, tomó muestras de los escritos de Taranjit Singh, tanto en gurmukhi (su lengua madre) como en inglés, y también los del fallecido Satnam Singh con base en los cuadernos que tenía su familia.

Vikram Raj quería averiguar si los manuscritos de ambos eran similares. Para ello utilizó una teoría básica de las ciencias forenses, basada en los manuscritos de dos personas diferentes para encontrar similitudes.
Los resultados arrojaron que la letra de Taranjit Singh correspondía casi exactamente con la de Satnam Singh.

Éste y otros relatos fueron recogidos por Ian Stevenson, un psiquiatra y bioquímico canadiense que dedicó gran parte de su vida al estudio científico de la regresión a vidas pasadas.

Durante más de 40 años Stevenson estudió unos 3,000 casos de niños que parecían recordar experiencias de otras vidas; documentó lo que decían y cotejó los datos con la vida de las personas que decían haber sido.

A diferencia de otros especialistas que usan la hipnosis como método para obtener información sobre supuestas vidas pasadas, Stevenson basó sus estudios en niños de dos a cuatro años que al parecer pueden recordar episodios de sus vidas anteriores y proveer datos que pueden ser comprobados. 

Muchos de los casos de Stevenson, quien por cierto fue rector de la Universidad de Virginia y jefe de Psiquiatría del Hospital de esa casa de estudios, parecen ser provocados por una muerte violenta.
En varios recopiló testimonios y registros médicos relacionados con marcas de nacimiento y deformaciones congénitas que parecían corresponder al tipo de muerte descrito por los niños y registradas en las autopsias de las personas que dijeron haber sido.

Según Stevenson, entre los cinco y los siete años los niños empiezan a perder la memoria de vidas anteriores.
Sin embargo, en el libro recopilatorio del especialista canadiense, destaca el caso de la niña Swarnlata Mishra, nacida en Pradesh, India, en 1948.
A los tres años Swarnlata ya le había dado datos a su familia que hacían posible la identificación de sus familiares pasados, esto mientras iba de viaje con su padre por el pueblo de Katni, y a quien le sugirió que fueran a “tomar un mejor té a su casa”.
Lo extraordinario es que la memoria de Swarnlata no se disolvió con el tiempo.
En 1959 el profesor Sri H. N. Banerjee, colega de Stevenson, tomó el caso y fue capaz de encontrar, a partir de la información dada por la niña, la casa en Katni donde había vivido Biya Pathak, la mujer que según Swarnlata había sido en su vida anterior y que había muerto en 1938.
Días después “Biya-Swarnlata” fue llevada a su antigua casa para conocer a su familia pasada.
Los reconoció y reveló secretos como decirle a su ex esposo Sri Pandey que tenía escondidas 1,200 rupias en una caja, o que había tenido dientes de oro.

En sus documentos Stevenson describe el asombro de todos los presentes y la actitud maternal que tomó Biya-Swarnlata con sus hijos llamándolos por sus apodos de cariño. Stevenson acudió al domicilio de Biya-Swarnlata en 1961 y presenció una visita a su antigua familia, asombrado por el cariño con el que se relacionaban.

Hasta hace poco tiempo el tema de regresión a vidas pasadas prácticamente se restringía a las regiones que profesan las religiones más antiguas del mundo, especialmente en India; sin embargo, hoy en día numerosas personas son las que, vía la religión o acudiendo a algunas herramientas psiquiátricas, buscan respuestas para dar solución a algún conflicto de su personalidad. 

¿Qué dice la ciencia? 
Pese a los esfuerzos de Stevenson, que creía firmemente en la reencarnación y existencia de las vidas pasadas, el problema con su razonamiento es que nunca pudo ofrecer una explicación o prueba contundente de cómo es que la información de la mente o “conciencia” de un individuo podía transferirse a otro.
Un colega del doctor Ian Stevenson, Peter Ramster, continuó con los estudios y aseguró que es probable que la conciencia exista en un nivel más allá del corpóreo, por lo cual podría de alguna forma “imbuirse” en el cerebro de otro individuo y así éste podría recordar o evocar momentos de quien fue en otra vida.
La metempsicosis, término griego para referirse al fenómeno de trasladar la información a un sujeto distinto una vez que el primer individuo ha muerto, es un concepto que acepta el hinduismo y otras religiones orientales.
En Occidente, grandes mentes sostuvieron la existencia de esta clase de fenómenos.

Pitágoras afirmaba reconocer a su amigo muerto en un perro; Platón en La República refiere cómo el alma escoge su futura vida al nacer; Schopenhauer fue influido por los vedas y formuló una visión dual entre la Voluntad (el mundo real) y la Representación (la ilusión) en que la reencarnación era posible; el psicólogo Carl Jung habla en su libro Memorias, Sueños, Reflexiones, que de niño recordaba haber sido un hombre muy viejo del siglo XVIII.

Sin embargo, la ciencia moderna es reacia a aceptar las presuntas evidencias y la mayor parte de la sociedad parece evadir el tema.
Se prefiere no indagar demasiado en él.
El escritor inglés Alan Watts habla de que en una sociedad como en la que vivimos una de las grandes formas de control que tiene el Estado es el miedo a la muerte de los ciudadanos, según expone en el sitio digital Pijama’s Surf.

¿Qué es una regresión? 

Conviene diferenciar un concepto que se suele relacionar con la exploración de vidas pasadas: la regresión.

El psiquiatra José Eugenio Medina Mercado, docente en el Centro Eleia Actividades Psicológicas, especializado en técnicas de hipnosis clínica, explica que las regresiones son un estado mental mediante el cual un individuo considera que está recordando situaciones que vivió en otro momento, época o lugar.
Esta técnica se apoya en la hipnosis u otros métodos de alteración de la conciencia para que una persona recuerde acontecimientos de su pasado; en ocasiones estas evocaciones se refieren a momentos históricos de lo que reconocen como “otra vida”.

La regresión no conlleva necesariamente a que el paciente o el hipnoterapeuta crean en la reencarnación –explica Medina– “sino que basta con que la persona sienta que vivió otra vida y la recuerde, bien sea real en su concepción o como una formación simbólica del inconsciente”.

El especialista insiste en que no hay demostraciones científicas de la posibilidad de tener vidas pasadas y, por tanto, tampoco hay comprobación científica de poder regresar a ella.

Los argumentos científicos se sujetan a que, aun habiendo elementos que se pueden suscitar durante una regresión como la xenoglosia (habilidad para hablar o escribir en un lenguaje no familiar), una posible explicación radicaría en el hecho de haber tenido contacto en la infancia con personas que hablaban un idioma ajeno, explica el hipnoterapeuta.

Sin embargo, indica Medina, la terapia de regresión a vidas pasadas sí tiene interés clínico, pues “los recuerdos que emergen de la mente del paciente le permiten resolver conflictos, síntomas y así tener una vida mejor”.

La importancia reside en ello y no en si los recuerdos que parece evocar son o no reales.

Como ya sabemos, el método más usual para realizar una regresión es la terapia de hipnosis.

El objetivo de este procedimiento no es regresar a vidas pasadas, sino a momentos de la vida del individuo que fueron determinantes y que pudieron causar un conflicto, trauma o que dejaron una huella problemática que se repite constantemente. 

De esta forma, el paciente que se somete a las regresiones hará catarsis y elaborará el recuerdo “que lo hace manifestar que ha llegado a una vida pasada”, dice Eugenio Medina, quien explica que la terapia continúa con base en la información que proporciona quien se somete a la terapia. Otra técnica válida para estimular una regresión –que puede ser alcanzada en lo individual– es la relajación, un método muy parecido a la hipnosis. Ambos pretenden llevar a la producción de ondas alfa, que generan mayor asertividad y capacidad de aprendizaje, además de contacto con el inconsciente. Medina Mercado encuentra en la terapia de regresión a las vidas pasadas una manera en que el individuo se representa su realidad interna, “una forma simbólica del inconsciente sin que esto forme parte de la realidad material”.

Quienes trabajan con hipnosis no se dedican únicamente a hacer regresiones a otras vidas, sin que ello de-merite
su importancia terapéutica, que es ayudar al sujeto a solucionar sus conflictos, “llegar a la realidad psíquica, para que la persona sane y tenga una mejor calidad de vida sin conflictos emocionales”, concluye. 

CLAVES DE UNA REENCARNACIÓN 

Estos son algunos síntomas o fenómenos que llevan a suponer que la mente o el alma pueden trasladarse de un cuerpo a otro. Sueños recurrentes Es frecuente soñar con lugares, personas o animales que nunca ha conocido, o actividades que nunca ha realizado. Se es perspicaz y acertado. La experiencia de años anteriores lo ayudará a conocer mejor lo que puede o va a suceder, préstele mucha atención a eso. Se tienen constantes Déjà vu. Estos procesos se toman como momentos que el alma ha vivido anteriormente, y por eso los sonidos, olores, personas y objetos se hacen tan familiares. Se tiene un alto nivel de empatía.

Al haber tenido numerosas vidas, se tiene la capacidad de saber cómo se sienten diversas situaciones. Su personalidad mantiene un bajo perfil. La experiencia lo ha llevado a ser una persona tranquila, poco excéntrica que siempre sabe mantener la calma en discusiones. En apariencia, tiene sueños premonitorios.

Las personas que han reencarnado suelen tener sueños en los que prevén acontecimientos próximos a suceder. La madurez no es un problema. Las personas que han reencarnado suelen ser equilibradas en su trabajo y vida personal. Se tiene afinidad con ciertas personas, culturas o épocas. Seguramente le ha pasado que siente un amor inexplicable hacia alguna época, personalidad del pasado, país o cultura, y esto sucede cuando se tiene un alma reencarnada. Se tienen temores y fobias injustificadas. Los humanos experimentan miedos a diferentes situaciones; sin embargo, si se tienen fobias o terror a algo que no haya dado razones para tenerlo, podría ser un síntoma.

CÓMO DEMOSTRAR LA REENCARNACIÓN

En la regresión de memoria. Puede efectuarse por fuerza de sugestión hipnótica, relajamiento profundo o recuerdos espontáneos de existencias anteriores, sin que se identifique, aparentemente, una causa justificada. En este último caso, el recuerdo puede darse tanto en el sueño común como en el estado de vigilia. En los dictados mediúmnicos.
El médium es capaz de transmitir revelaciones sobre existencias anteriores, propias o de otras personas.
 En las ideas innatas y los niños prodigio. Estos avalan las bases cientificas de la heredad (espiritual), también tenemos los Bismarck (marcas en el cuerpo físico) como una prueba más que ayuda a corroborar las investigaciones que sobre este campo se han realizado.

POR ULTIMO PROPONGO LAS REGRESIONES CON ENERGÍA REIKI QUE SON LAS QUE HACEMOS DESDE HACE AÑOS CON GRANDIOSOS RESULTADOS

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Milton Ballesteros Maestro de Reiki